En tres años, L’Alqueria del Basket ha pasado de ser el hogar de la cantera del Valencia Basket a convertirse en una de las principales sedes de eventos deportivos en España, un laboratorio de desarrollo tecnológico vinculado al deporte, una academia para formar talento y el escaparate al mundo de Valencia. Su construcción supuso una inversión de 22 millones de euros de Juan Roig, empresario y mecenas del club que también garantiza su actividad con aportaciones económicas año a año. Ahora, L’Alqueria se ha hecho mayor y desea caminar sin apoyarse exclusivamente en su fundador.
“Es un objetivo que L’Alqueria aumente sus ingresos propios, aunque Juan Roig dijo que este año lo más importante era generar actividad y movimiento en Valencia para ayudar a quienes se habían visto más afectados por la situación sanitaria”, explica a 2Playbook Mari Ángeles Vidal, coordinadora de L’Alqueria del Basket y persona al frente de toda la actividad que genera la instalación.
“En un año normal, creemos que la academia, el desarrollo internacional del centro y las acciones para generar y compartir conocimiento deben revertir en una mejora de ingresos; queremos que la formación que se imparte aquí contribuya al equilibrio económico y a los ingresos del proyecto”, afirma.
Vidal desgrana los distintos pilares de la actividad, y el negocio, de un complejo que nació como ciudad deportiva de la cantera, y que hoy se ha transformado en un hub para crear conocimiento, en la sede de eventos como la fase final de la Liga Endesa, la Euroleague Basketball Next Generation Tournament o el stage de entrenamiento de universidades norteamericanas.
Como resultado, el complejo generó un impacto económico directo de siete millones de euros en 2019, de los que el 66,7% corresponden al gasto turístico a raíz de los campus internacionales que alberga y que año a año permiten recibir a jugadores de universidades del extranjero, equipos europeos y alojar el campus anual que organiza NBA Europa.
L’Alqueria del Basket generó siete millones de euros de impacto económico directo en 2019
El gasto turístico de 4,6 millones supuso un impacto total de 13 millones de euros en términos de producción y 128 empleos equivalentes a tiempo completo al año. Según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), el impacto total sobre la renta ha sido de 4,8 millones de euros y, por cada euro gastado en la organización de eventos, se ha generado 2,04 euros de PIB en Valencia.
“Lo que queremos es que sea una instalación a disposición del baloncesto, no solamente del Valencia Basket”, detalla. De ahí que el complejo acoja entrenamientos de otros siete clubes de la ciudad además de su propia cantera y que en 2019-2020 se lanzaran dos nuevas iniciativas: L'Alqueria del Basket Academy y L’Alqueria LAB.
El primero se centra en una academia donde se imparte formación académica y baloncestística. Para ello, el club cerró un acuerdo con colegio bilingüe Mas Camarena, en el que se imparte el Bachillerato Internacional y ofrece alojamiento. “Tenemos algún alumno de España, pero la mayoría son de fuera; vienen con la expectativa de mostrarse al Valencia Basket y formarse con el fin de ser profesionales o conseguir una beca deportiva en Estados Unidos”, explica Vidal. Pese a que el Covid-19 ha golpeado el turismo y la llegada de extranjeros, la primera promoción ha contado con cinco alumnos que compaginan su formación con los entrenamientos.
También se ha conseguido que el instituto ubicado junto al pabellón y a L’Alqueria, el IES Font de Sant Lluís, obtenga la catalogación de centro para deportistas, lo que contribuye a que la cantera del club pueda formarse junto a sus instalaciones.
En cuanto a L’Alqueria LAB, es el departamento de coinnovación para impulsar el rendimiento deportivo, investigar y generar conocimiento. “Nos miramos en el modelo del Barça Innovation Hub, que está realizando un gran trabajo”, apunta Vidal. La directiva afirma que el objetivo de este departamento es “relacionarnos con aquellas entidades que nos permitan crecer en nuestro baloncesto”.
En su primer año ya se ha creado la Cátedra de Baloncesto con la Universidad de Valencia y se están desarrollando tres investigaciones en nutrición y recuperación tras las lesiones de ligamento y de tendón rotuliano. “La idea es investigar para prevenir estas dos lesiones, que son muy habituales en este deporte, pero no con el objetivo de que revierta sólo en el club, sino en el resto de la comunidad deportiva”, asegura.
En el camino por aumentar los ingresos del complejo, el LAB y la academia se suman a la formación de talento y alquiler de espacios de la instalación, que también ve en la internacionalización una clave para mejorar su negocio. En la actualidad el club tiene tres campus consolidados en Ibiza, Reino Unido y Australia, donde organiza citas en distintas ciudades de manera itinerante. “Este año hemos tenido que dejarlo en stadby, aunque hemos seguido con los entrenamientos vía online y les hemos visitado para mantener relaciones”, apunta.
Ese contacto directo has sido clave para definir en qué momento está L’Alqueria y el Valencia Basket a ojos del mundo. “Fuimos a Japón aprovechando el año olímpico y nos dimos cuenta de que, honestamente, no nos conocían; ha sido todo un aprendizaje porque ahora sabemos que debemos construir una carta de servicios que nos permita presentarnos en distintas organizaciones ofreciéndoles lo que necesitan”, reconoce.
La directiva admite que la dirección deportiva del club anima a L’Alqueria a explorar unos territorios en concreto, aunque también depende de la conexión que tenga el territorio valenciano con cada país. “Es clave hacer un estudio de mercado para definir bien los destinos”, afirma. Ese desarrollo internacional se antoja clave para incrementar los ingresos de un complejo que cuenta con un presupuesto anual de 1,6 millones de euros y que, de no ser por el Covid-19, habría generado al menos 600.000 euros en ingresos propios.
“El millón restante lo aporta Roig, que además aportó 1,5 millones de euros para albergar la fase final de la ACB”, detalla. El club no recibió ninguna subvención por ello, pero Vidal reconoce que “no se buscaba un retorno económico, sino desarrollar eventos que relacionen en el mundo del deporte y la empresa para que, poco a poco, se reduzca la aportación de Roig”.