Los All Blakcs están a punto de dejar atrás 115 años de historia 100% neozelandesa. La Federación de Rugby de Nueva Zelanda (NZR, por sus siglas en inglés) ha alcanzado un acuerdo con el fondo de inversión Silver Lake para la venta del 12,5% de su marca comercial por 280 millones de dólares (231,6 millones de euros). La firma valora en 2.230 millones de dólares (1.845 millones de euros) los derechos comerciales de la selección.
Con ello confía en mitigar las pérdidas sufridas por la crisis de la Covid, que ya en 2020 le ha supuesto un déficit de 18,7 millones de dólares neozelandeses (11,2 millones de euros). En las negociaciones con el fondo norteamericano, que tiene participaciones en el Manchester City y los New York Knicks, la NZR ha convencido a las 26 federaciones provinciales y al Mori Rugby Board, pero no a los jugadores.
La asociación que agrupa a los All Blacks, la Nzrpa, se ha mostrado en contra del acuerdo y se han suspendido temporalmente las reuniones con la federación. No se ponen de acuerdo sobre cómo se dividirá el dinero. Los jugadores se han mostrado preocupados por cómo podría afectar esta privatización de su marca en su relación con los aficionados neozelandeses y quieren garantías de que la haka, su gran ritual prepartido y una de sus señas de identidad, será protegida. La consultora británica Brand Finance valora la marca All Blacks en 159 millones.
“Los jugadores son una parte fundamental, pero tenemos que mirar qué es lo correcto en todos los aspectos del juego, en todo nuestro ecosistema. Esperamos que la Nzrpa se dé cuenta de la importancia de la oportunidad que tenemos frente a nosotros”, ha asegurado Brent Impey, presidente de la NZR.