El Deportivo Alavés vivirá uno de los centenarios más atípicos del fútbol español. Los festejos que debían marcar y marcan la temporada deberán convivir con el trabajo del área financiera para mitigar el golpe de la pandemia, como ya logró hacer en 2019-2020. Ese ejercicio se cerró, pese a todo, con un beneficio neto de 430.372 euros, pero la dirección ya anticipa que 2020-2021 arrojará unas pérdidas de 2,9 millones de euros si no hay cambios respecto al escenario conservador que se ha dibujado.

“Nos ha tocado la crisis lógicamente, como a todos, pero seguimos en el umbral de la positividad”, sostiene el consejo de administración, que en un comunicado muestra “satisfacción” por el resultado económico del último ejercicio, pese a “las terribles dificultades que tenemos desde el pasado mes de marzo”. De hecho, confía en que podrá encontrar ingresos adicionales de aquí a junio para cuadrar la cuenta de resultados de un año para el que rivales como Athletic Club, FC Barcelona o Real Madrid han augurado importantes números rojos si no hay ajustes salariales.

La suspensión temporal de la competición entre marzo y julio ha provocado la pérdida de 2,5 millones de euros en ingresos por televisión, que se traspasarán a 2020-2021. En total, esta partida aportó 50 millones de euros, complementados con 6 millones por el área comercial y 18,9 millones de euros por traspasos, clave para la solidez financiera del pasado curso. El club no desvela cuál fue la evolución por abonados y taquilla.

“Habida cuenta de las circunstancias, estamos más que satisfechos”, sostienen en el Alavés, que también logró mitigar algo la caída de ingresos con una reducción de salarios. El club destinó 41,17 millones de euros a gastos de personal, unos 200.000 euros menos de lo previsto inicialmente, si bien son 4,5 millones más en comparación con 2018-2019.

La entidad que dirige Haritz Kerejeta ya se ha asegurado un ahorro de casi dos millones en sueldos, que bajarán a 39 millones de euros, pero es la ausencia de mayores ingresos por traspasos lo que explica el déficit previsto. Los derechos de televisión se mantendrán estables en 50 millones, mientras que el área comercial crecerá en torno a un 10%, hasta 6,5 millones de euros. Por el contrario, la venta de jugadores hoy asegura menos de la mitad que en 2019-2020, con 8 millones, de los que ya están asegurados 5 millones.

El club ha decidido no presupuestar ni un solo euro por taquilla o abonados, de modo que los ingresos totales se situarían en 64,5 millones de euros. “Las dificultades que se están manteniendo en el tiempo tienen su reflejo en las próximas cuentas”, sostienen en el club albiazul, si bien “se confía en poder mejorarlas, en función de como avance la seguridad de las personas ante la pandemia”.

Una de las ventajas de la entidad es su fortaleza patrimonial, tras haber acumulado beneficios de 15,25 millones de euros desde su regreso a LaLiga Santander. Ahora, se trata de “un año de transición en lo económico derivado por la crisis mundial, que obliga a ser prudentes para no condicionar la trayectoria de estos 9 años, ni el futuro”.

De hecho, ya se anticipa que “hay proyectos de futuro que se deben adaptar a los tiempos que marcan la pandemia”, como son la remodelación de Mendizorroza o el gran proyecto patrimonial para sumar una segunda ciudad deportiva en los terrenos colindantes al pabellón Buesa Arena y su centro deportivo Bakh.

Por ello, la dirección ha decidido que este año pondrá el foco en “defender las fortalezas para dar un paso adelante en la temporada 2021-2022, en la que confiamos la pandemia esté derrotada y, por tanto, la vida social, económica y deportiva vuelvan a cauces de normalidad”.