Estados Unidos y México son dos socios comerciales de presente y futuro. La proximidad geográfica ha influido de manera notable en que esa suma de fuerzas que se ha dado en otros sectores, como la moda o la banca, haya tenido su réplica también en el fitness. No es casualidad que algunas de las principales cadenas estadounidenses de gimnasios hayan visto en el país azteca un territorio en el que crecer, pues la promesa de ser un mercado con amplio margen de crecimiento es una realidad: sólo un 3% de la población está inscrita a un centro de entrenamiento y el 97% restante suponen 126 millones de personas a las que convencer.

Todo ello en un país que ha señalado a la obesidad como una epidemia crónica: el 75% de la población adulta tiene obesidad o sobrepeso, según la última encuesta de Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut). En este contexto, los gimnasios emergen como potencial aliado para reducir el sedentarismo y asentar unos hábitos de vida saludables en la población. ¿El reto? Revertir las estimaciones de la Ocde, que apunta a que para 2030 el 40% de los adultos mexicanos tendrá obesidad, siete puntos porcentuales más que en 2016, según los datos recabados para la serie de reportajes de La vuelta al mundo por los 20 principales mercados del fitness, elaborada con el apoyo de Matrix.

Lograrlo significaría impulsar el negocio del fitness, que antes de la pandemia movía 1.872 millones de dólares a través de 12.870 clubes que daban servicio a 4,2 millones de abonados. Y, pese al fuerte margen de mejora que existe en este mercado, México fue el segundo mayor territorio en términos de negocio, número de clubes y abonados de todo Latinoamérica.

Planet Fitness prevé contar con 80 clubes en México en los próximos cinco años

En un país copado por cadenas estadounidenses, la brasileña Smart Fit emerge como líder excepcional. Líder porque cuenta con más de 200 gimnasios en ese mercado e incluso en 2021, año aún macado por la pandemia, puso en marcha veinte establecimientos más. Y excepcional porque la cadena es una de las pocas compañías no estadounidenses que destacan en el mercado azteca.

Lo hace, además, con la mayoría de clubes en propiedad y tan sólo nueve franquicias. Consolidada su presencia en las grandes urbes, la compañía tiene presencia en 54 ciudades del país, donde da servicio a 449.000 abonados y un negocio de 349,2 millones de reales (62,1 millones de euros), un 20% más que en 2020, y un ebitda positivo de 81,1 millones de reales (14,4 millones de euros).

México es el principal mercado internacional en el que Planet Fitness prevé crecer en los próximos años. La cadena de gimnasios de bajo coste ha sumado fuerzas con la compañía mexicana IB Group, con más de 15 años de experiencia en el sector retail y real estate, y con Argonne Capital Group, uno de sus principales franquiciados en EEUU. El objetivo es contar con 80 gimnasios en los próximos cinco años en el mercado azteca, donde ahora mismo tiene once sedes.

Las cadenas de EEUU buscan hacerse hueco

Planet Fitness no es la única cadena estadounidense que ha visto en México un mercado interesante para crecer. Destacan otras cadenas de franquicias como Anytime Fitness, con más de sesenta clubes y varios en proceso de apertura o Snap Fitness, con más de una veintena. El hecho de que cadenas estadounidenses hayan visto en México uno de sus mercados naturales y prioritarios de expansión ha provocado que apenas existan operadores locales de gran tamaño.

La única excepción es Grupo Sports World, que cotiza en bolsa y cerró 2021 con 57 locales que daban servicio a 1,6 millones de clientes. Eso sí, en dos años de pandemia perdió un millón de abonados y cerró siete instalaciones. Su negocio cayó un 28% interanual, hasta 648 millones de pesos (30,8 millones de euros).

Junto a Sports World destacan otras cadenas locales como Sport City, que en 2018 tenía más de cuarenta centros y en la actualidad opera 29 clubes premium; Acuática Nelson Vargas, que nació como club de natación y hoy cuenta con 17 clubes con área de fitness y otras escuelas polideportivas, o Easy Fit, que opera trece instalaciones con el modelo de gimnasio y clases dirigidas, sin lámina de agua.

Con más o menos clubes, los operadores locales reivindican las actividades dirigidas como una oferta diferencial respecto a otras propuestas, como la de Planet Fitness o Anytime Fitness, por lo que muchas deben adaptar su oferta a un mercado que creció al 5,8% de media anual en el periodo 2016-2020, hasta el estallido de la pandemia.