Durante los últimos años, Portugal ha sido el mercado natural de expansión de las cadenas españolas de gimnasios, pero la ambición va más allá de la Península Ibérica, e incluso cruza el Mediterráneo para plantar bandera en Italia. El fitness en este país ha despertado el interés de los operadores españoles, que ven un mercado similar al de España en cuanto a tamaño y hábitos deportivos: una facturación de 2.325 millones de euros antes de la pandemia, quinto mayor mercado de Europa pisando los talones a España, con la que compartía el mismo número de abonados a gimnasios antes de la Covid-19: 5,5 millones.
Pero el mercado en realidad es mucho más extenso. Los datos facilitados por Unioncamere e InfoCamere apuntan a que hasta el 30 de junio de 2019 el universo empresarial del fitness en Italia lo componían 23.000 operadores: 5.167 empresas activas en la gestión de instalaciones, 5.100 en la gestión de gimnasios y 4.986 clubes deportivos, a los que hay que sumar 8.217 entidades deportivas y de promoción de eventos relacionados con el deporte.
Se estima que todo este ecosistema de actividades deportivas no federadas facturaba 10.000 millones de euros al año que, sumando la aportación de los fabricantes de equipamiento, calzado y ropa deportiva, se elevaba a 13.000 millones de euros, según datos de Cerved. Es una cifra que está por debajo de los 16.000 millones que movía el deporte en España en 2019, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Es, también, un importe del que se desprenden oportunidades, aunque también dudas. ¿Cuáles son las particulares del fitness italiano? En el país transalpino conviven operadores en régimen de concesión administrativa con cadenas premium y low cost, como ocurre en España. ¿La diferencia? La penetración del fitness en la sociedad no supera el 10% y el ritmo de crecimiento interanual está en torno al 1%, según los datos de Deloitte y EuropeActive recabados para la serie de reportajes de La vuelta al mundo por los 20 principales mercados del fitness, elaborada con el apoyo de Matrix.
Una penetración inferior al 10% es sinónimo de mercado con margen de crecimiento, y de ahí que Forus o GO fit estén buscando oportunidades y empezando a posicionarse en ese territorio. Sin embargo, es una región en la que el fitness está creciendo de manera paulatina: la media de crecimiento anual entre 2015 y 2019 fue de sólo el 1,9%, mientras que la de España mejoró un 2,5%.
En el mercado italiano opera el gigante alemán McFit, que de la mano de RSG Group ha dado entrada a otras marcas del grupo, como John Reed o Gold’s Gym. Otros operadores internacionales que tienen presencia son David Lloyd, Migros Group y Virgin Active en el segmento premium, mientras que en la categoría low cost conviven con cadenas italianas, como Keasy Fit y Fitactive. Ambas están trabajando para crecer en España, del mismo modo que operadores como Forus y GO fit están posicionándose en ese país. La primera, con la compra de 18 centros deportivos municipales; GO fit, con un proyecto en Milán.
El fitness italiano ha crecido un 1,9% de media al año entre 2015 y 2019
La pandemia de la Covid-19, que provocó el cierre temporal de gimnasios durante diez meses desde marzo de 2020 hasta mayo de 2021, mermó al tejido empresarial de la región. Datos de la asociación nacional de los gimnasios, Anif, apuntan a que el 40% de operadores tenían entre un 25% y un 50% menos de socios en septiembre de 2022 respecto a ese mes de 2019.
El 53% apuntaba a que sus ventas se situaban un 50% por debajo que antes de la pandemia, por el 20% que reconocía que la disminución había sido de “sólo” un 25%. De ahí que la recuperación de este sector haya sido más lenta que en España, donde los gimnasios no sufrieron cierres tras prolongados como en Italia, Alemania o Francia.
Se estima que la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares le cuestan al país unos 40.000 millones de euros al año por el gasto en tratamientos y la pérdida de productividad, según el Istituto Superiore di Sanità. Este organismo ha calculado que una adecuada educación en actividad física generaría un ahorro anual de unos 2.000 millones de euros para el Sistema Nacional de Salud. Del papel que jueguen los gimnasios en ese proceso dependerá su relevancia en la sociedad italiana y la evolución de su negocio.
