Estados Unidos es la cuna del fitness, el primer mercado del mundo en términos de volumen de negocio, abonados y centros, y el país al que el resto mira para detectar las tendencias del sector que puedan importarse para generar nuevas experiencias de entrenamiento. Se trata de una industria que antes de la pandemia movía 35.000 millones de dólares (30.860 millones de euros) a través de más de 41.190 clubes que daban servicio a 64 millones clientes, según datos de Ihrsa, la principal asociación internacional del sector del fitness.
La Covid-19 supuso un agujero del 58% en el negocio en 2020. Se desconoce cómo evolucionaron los números en 2021, pero Ihrsa afirma que en los dos años de la pandemia uno de cada cuatro clubes se vio abocados al cierre, por el 30% de los estudios y boutiques. Se estima que más de 1,5 millones de puestos de trabajo se han quedado por el camino. “Son datos que demuestran que la Covid-19 continúa impactando al país, con las instalaciones de fitness como una de las industrias más golpeadas”, afirma Liz Clark, presidente y director general de Ihrsa.
Con todo, el fitness estadounidense se ha recuperado mejor que el europeo, en gran medida porque a lo largo de 2021 la mayoría de gimnasios pudieron operar sin afrontar cierres temporales ni limitaciones como el uso de mascarilla obligatoria en algunos estados, según la información recopilada por 2Playbook para el primer capítulo de una serie La vuelta al mundo por los 20 mayores mercados del fitness, patrocinada por Matrix.
Hasta julio de 2021, los clubes de Texas estaban en cifras de abonados prepandemia, por el 91% que tenían los gimnasios de Florida o Georgia. En los estados donde más duraron las restricciones, como Nueva York y California, aún estaban 29 puntos porcentuales por debajo, según un informe de Mindbody. Planet Fitness cerró septiembre de 2021 con el 97% de los abonados que tenía antes de la pandemia.
Pero, ¿qué caracteriza al fitness estadounidense? Al ser un mercado tan extenso, es habitual que los grandes players combinen el modelo de club propio y franquiciado. Es un sistema que sobre todo explotan las cadenas de clubes 24 horas, como Anytime Fitness, las low cost como Planet Fitness y las que se sitúan en el segmento medio, como Crunch Fitness. En cambio, en el segmento premium el modelo de expansión es mediante clubes propios, pues requieren una inversión mucho mayor que, por el riesgo que supone, los franquiciados no suelen asumir.
Es el caso de Life Time, líder del mercado estadounidense por volumen de negocio, y Equinox, cuarta por volumen de ventas. En términos generales, las compañías que más facturan son las que operan en gimnasios de alta gama, muchos de ellas ubicados a las afueras de las ciudades, en clubes sociales tipo country clubs. Life Time y The Bay Club son un ejemplo, mientras que Equinox suele operar gimnasios en núcleos urbanos.
También es habitual que las cadenas premium diversifiquen para competir en el bajo coste, un espacio liderado por Planet Fitness, la mayor cadena de gimnasios por volumen de centros y la quinta que más facturó en Estados Unidos en 2020. De hecho, LA Fitness, segunda por cifra de negocio, creó Esporta Fitness hace ahora dos años para aterrizar en este segmento. Equinox, también se volcó en esta franja de precios con el lanzamiento de Blink Fitness, con la que sí opera con franquiciados. El grupo, que facturó 650 millones de dólares (573 millones de euros) en 2020 y sufrió unas pérdidas de 350 millones de dólares (308 millones de euros), también tiene cadenas boutique como Soulcycle, Pure Yoga y Precision Run, además de hoteles y agencia de viajes experienciales.
El único operador español que ha ganado presencia en EEUU son Gymage, que ha abierto un resort urbano en Miami. Brooklyn Fitboxing llegó a contar con varios centros en esa ciudad, pero tras la pandemia no volvieron a abrir. La cadena no descarta volver a crecer en ese mercado con un concepto que ya ha exportado a Argentina, Bélgica, Colombia, Italia, Irlanda, Perú, Portugal y Rusia.
Si algo ha acelerado la pandemia, más allá de la apuesta de las cadenas por reforzar su oferta digital, ha sido la búsqueda de financiación con la salida a bolsa de algunos operadores y el cierre de instalaciones. Equinox ha retomado los planes para debutar en el parquet de la mano de la Spac del fondo Ares; Life Time ha vuelto a bolsa seis años después de dejar de cotizar y el grupo de gimnasios boutique Xponential Fitness ha dado el salto también.
En cuanto al cierre de clubes, sobre todo ha afectado a las cadenas que estaban demasiado apalancadas y que no podían resistir el embiste de la pandemia sin reestructurar su negocio. Hasta seis cadenas se declararon en concurso de acreedores en 2020, y cinco de ellas anunciaron el cierre definitivo de más de 220 locales. Entre ellas están 24 Fitness, Town Sports, Gold’s Gym (adquirida por el dueño de McFit), los estudios de cycling Flywheel y Cyc Fitness y YogaWorks, que dejó de cotizar en bolsa y anunció el cierre de todos sus clubes para centrar su operativa al servicio online.
Con todo, incluso gigantes como Life Time se han replegado con la venta de cuatro gimnasios por 175 millones de dólares (154 millones de euros). “Estas transacciones nos permitirán seguir reforzando nuestro balance y financiar las increíbles oportunidades de crecimiento que tenemos por delante”, ha reconocido Bahram Akradi, presidente, consejero delegado y fundador de Life Time. La compañía perdió 360 millones de dólares (317 millones de euros) en 2020.
Son cifras que ponen de referencia el impacto de la pandemia en la cuna del fitness, donde el entrenamiento en casa ha protagonizado los highlights de los últimos tiempos. Peloton alcanzó máximos de valoración en bolsa y incluso entró en beneficios entre abril y diciembre de 2020, aunque recientemente ha tocado mínimos y se ha visto obligada a realizar una restructuración que recortará 2.800 puestos de trabajo para ahorrar 800 millones de dólares (700 millones de euros). “Estamos tomando medidas correctivas para mejorar nuestra rentabilidad y optimizar nuestros costes”, afirmó la semana pasada John Foley, presidente ejecutivo de Peloton.
Todo ello, tras un primer semestre de 2021 en que las empresas estadounidenses de home fitness captaron más de 700 millones de dólares. Si bien los indicadores apuntan a que los grandes players de esta industria están recuperando la actividad presencial. “La gente quiere estar cerca de la gente; la variedad y la calidad que obtienes en un verdadero gimnasio no tiene comparación”, asegura Chris Rondeau, consejero delegado de Planet Fitness.