Brasil: un gigante del fitness en tierra de fútbol que sólo seduce a menos del 5% de la población

Es el sexto país más poblado del mundo, el segundo con más gimnasios abiertos y el cuarto en volumen de clientes. Sin embargo, esa presencia en las primeras posiciones de los rankings de oferta y demanda no se ha materializado en liderazgo de negocio.

Brasil fitness

Patricia López

Es el segundo país con mayor número de gimnasios del mundo y es, también, el sexto más poblado. Son dos indicadores que harían pensar a cualquiera que Brasil es uno de los mayores mercados del fitness del globo, pero no es así. Brasil es la excepción en la fórmula que suma amplia oferta y gran demanda potencial, pues el resultado no es liderazgo en términos de negocio.

De hecho, el país brasileño ocupa la posición número 12 del ranking de facturación agregada de los centros deportivos, según los datos recabados por Ihrsa y utilizados en la undécima edición de la serie de reportajes La vuelta al mundo por los veinte principales mercados del fitness, que cuenta con el apoyo de Matrix. Se estima que el sector brasileño de los gimnasios movió 2.160 millones de dólares antes de la pandemia (2.091 millones de euros).

El mercado está liderado por el grupo Bio Ritmo, cuya marca Smart Fit no sólo es de ser la número 1 del país por volumen de negocio y número de gimnasios, sino que también lo es en Latinoamérica. En la actualidad opera más de 1.065 centros deportivos, 600 de ellos en Brasil, y genera un negocio de más de 1.700 millones de reales (más de 300 millones de euros). La compañía debutó en bolsa en julio de 2021 y ha acelerado su expansión con la apertura de clubes propios, franquicias y la compra de cadenas, como su rival Just Fit o la entrada como accionista minoritario en el capital de la mexicana Sports World.

Smart Fit opera gimnasios de bajo coste en un país en el que también tiene presencia Bodytech, fundada en Rio de Janeiro en 2005 y que apuesta por un formato de club deportivo premium, con piscina y gimnasio. Con el paso de los años se diversificó y lanzó Formula Academia, con la que empezó a franquiciar el modelo y a operar con clubes más asequibles hasta superar el centenar de instalación en el país. En segmento de bajo coste también destaca Blue Fit Academia, que también opera con franquicias y suma más de cien clubes.

El fuerte desarrollo del low cost y el hecho de que menos de un 5% de la población esté inscrita a un gimnasio explican por qué Brasil no está más arriba en el ranking de mercado por volumen de negocio. Pero también arroja una gran oportunidad: el de seducir a la inmensa mayoría de la población que no está abonada a un gimnasio, lo que en este mercado representa algo más de 200 millones de habitantes. De momento, los gimnasios sólo han convencido a 10,3 millones de clientes, tantos como Reino Unido pese a tener el triple de población.

La propuesta de fitness accesible de los operadores de bajo coste, unido a la profesionalización del sector y el fenómeno boutique apuntan a favor del desarrollo de un mercado que desde 2016 ha elevado sus ventas sólo un 3%. Si se tienen en cuenta otros clubes y empresas deportivas, desde centros de jiujitsu hasta clubes de fútbol, se estima que la industria de la actividad física movía en Brasil más de 13.500 millones de dólares (13.072 millones de euros) en 2019, una cifra que cayó hasta 8.800 millones de dólares (8.521 millones de euros) en 2020, según el Global Wellness Institute. El país no se libró el cierre de gimnasios, que en algunas regiones alcanzaron los cinco meses de inactividad. Peor fue en México, Argentina, Chile o Perú, donde se prolongaron durante más de 8 meses.

 

La dicotomía entre el bienestar y la obesidad

Brasil es también un país de contrastes. Convive una tasa de obesidad que afecta a uno de cada cuatro brasileños y que se ha doblado en los últimos veinte años según la Encuesta Nacional de Salud con una fuerte cultura de la belleza y el bienestar. Se estima que la práctica deportiva representa un 12% del gasto en bienestar de la población, siendo los productos y servicios de salud los que copan más espacio en la cesta de la compra asumiendo un 64,6% del desembolso, según un informe de McKinsey.

El país también es cuna de Gympass, una de las mayores plataformas de intermediación entre gimnasios y usuarios. Tras cerrar varias rondas de financiación que dispararon su valoración hasta más de 2.200 millones de dólares, la compañía ha crecido por América y Europa ofreciendo sus servicios a compañías que quieren fomentar la práctica deportiva entre sus empleados. Se desconoce a cuántos clientes da servicios la plataforma, pero en sus diez años de historia ha dado acceso a alguno de los 50.000 clubes dados de alta a más de 20 millones de empleados. ¿El reto? Convencer al 95% de la población que no va al gimnasio.

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