El low cost no es un invento alemán, pero en lo que al sector del fitness respecta, el desarrollo de este segmento ha sido especialmente potente en ese país. El término surgió en 1978 de la mano de la aerolínea norteamericana People’s Express, pero poco a poco fue conquistando nuevos sectores y, aunque la cadena estadounidense Planet Fitness empezó en esta categoría en 1992, McFIT sólo necesitó cinco años más para abrir el primer club de bajo coste en Europa. También fue la cadena que introdujo el modelo en España y, en la actualidad, es una de las principales cadenas de gimnasios de Europa por volumen de negocio e implantación.
Es el líder de un mercado que facturó 4.160 millones de euros en 2020, el primer ejercicio afectado por la pandemia. Alemania resistió la primera ola mejor que otros países y el sector sólo cedió un 24,5% de su negocio ese ejercicio, lo que le permitió hacer el sorpaso a Reino Unido como principal industria de Europa y la segunda mayor del mundo por volumen de negocio, según los datos de Ihrsa, EuropeActive y Deloitte recogidos por 2Playbook para el tercer capítulo de una serie La vuelta al mundo por los 20 mayores mercados del fitness, patrocinada por Matrix.
Hasta 2020, en Alemania el 12,4% de la población estaba inscrita a un gimnasio, una penetración que en 2019 fue del 14%. Es decir, 10,3 millones de clientes estaban inscritos a un club, y el 40% de ello estaba atendido por algunos de los principales operadores. En total operan 9.538 centros deportivos, el 13% de ellos contralados por las mayores cadenas. Sí que es cierto que en 2020 el parque de instalaciones se redujo un 1,3% y se perdieron 350.000 abonados, pero fue el mercado más resiliente del Viejo Continente.
A diferencia del fitness estadounidense, británico o español, donde se reparten el liderazgo operadores premium, low cost y concesionales, el alemán tiene la particularidad de estar protagonizado por cadenas de bajo coste. McFIT es el campeón nacional por volumen de negocio y cuarto de Europa con más de 280 millones de euros facturados y 1,8 millones de inscritos.
La también low cost Clever fit se fundó en 2004 y lidera en implantación gracias a una rápida expansión lograda a golpe de franquicias con 456 centros (número 3 del continente). EasyFitness también es una cadena alemana low cost, la número diez del ranking europeo por volumen de clientes con 400.000 abonados y, pese a la pandemia, ganó un 5% de clientes. Entre las tres suman más de 740 instalaciones, y en los próximos meses se sumará Basic-Fit.
La cadena holandesa se ve con potencial de abrir 600 centros en este país, y empezará su expansión este mismo año con el objetivo de contar con diez instalaciones antes de que acabe 2022. “Es un mercado más maduro que Francia, aunque menos que Países Bajos; tiene una penetración del 14% y vemos una gran oportunidad porque el mercado está compuesto por 83 millones de personas”, explicó Rene Moos, consejero delegado de Basic-Fit, hace una semana.
Pese a ser cadenas que operan con cuotas básicas inferiores a 20 euros al mes, el abono medio en Alemania se sitúa en 42,1 euros. ¿El motivo? El mismo low cost, que cobra pluses por servicios no incluidos como clases dirigidas, lo que hace elevar el precio hasta 40 euros, en el caso de Clever Fit.
Además, pese a que el liderazgo por negocio e implantación esté en las cadenas de valor por precio, en el país también opera la premium Migros o Kieser Training, que desarrolla programas de entrenamiento personal y provoca un aumento en el ticket medio. “Es un mercado muy fragmentado, con sólo un número limitado de grandes operadores con una buena relación calidad-precio en un país donde realmente se aprecia este concepto”, describió Moos.
A esta oferta se suman los microclubes y los estudios de electroestimulación. En la primera categoría está Mrs Sporty, que opera con un modelo parecido a Curves porque sus estudios se dirigen al público femenino y el sistema de entrenamiento se basa en un circuito de máquinas de tonificación. En el segundo está Bodystreet, con 290 locales en el país.
La patronal alemana del fitness, Dssv, aún no ha dado a conocer cómo ha cerrado el sector 2021, un ejercicio que se vio más afectado por las restricciones que 2020. En Alemania los clubes cerraron en otoño de ese año y no volvieron a abrir hasta junio de 2021, por lo que las cadenas vieron golpeada su cuenta de resultados durante el primer semestre. En el caso de la sueca Actic, que opera en Alemania, sus ingresos en ese país y Austria cayeron un 17,6% en el último año. Son números que no dan visos recuperación en el país pero, superada la pandemia, el mercado apunta a rebotar con fuerza y con la perspectiva de que 2022 sea el mejor ejercicio desde que estalló la crisis sanitaria.